Los huevos que se utilizan en los establecimientos de restauración o en panaderías, pastelerías y otras industrias tienen que ser huevos de categoría A, es decir, deben haber sido clasificados en un centro de embalaje y convenientemente marcados, etiquetados y comercializados según establece la normativa comunitaria y la nacional de aplicación. Igualmente pueden, y en algunos casos deben, utilizar ovoproductos.
Fuente: Instituto de Estudios del Huevo