Pollos de carne y gallinas ponedoras pertenecen a la misma especie, pero durante más de un siglo han sido seleccionados de forma diferenciada para aumentar su capacidad de crecimiento y su producción de huevos, respectivamente. Ambas cualidades son contrapuestas, por lo que las aves más aptas para producir carne son malas ponedoras, y viceversa.
Los pollos de carne hembras se comercializan junto a los machos a la edad de 5-8 semanas, por lo que nunca llegan a poner huevos. Sus madres comienzan la puesta hacia los seis meses, pero no producen huevos para el consumo y ponen menos de la mitad de huevos que las gallinas ponedoras de huevo de mesa; producen exclusivamente huevos fecundados por los gallos, que se incuban para obtener pollos de carne.
Fuente: Instituto de Estudios del Huevo